El magro empate sin goles ante Alianza Atlético el pasado sábado por la noche tuvo repercusiones (esperadas por algunos) y, según manifiesta la dirigencia blanquiazul a través de un comunicado, de mutuo acuerdo entre Roberto Mosquera y la administración grone pusieron fin a su relación contractual.
De esta manera, tras casi 10 meses desde su presentación oficial, Roberto Mosquera se quita el buzo de Alianza Lima sin haber logrado lo que pregonaba cada vez que tenía la oportunidad; la historia de Alianza no cambió, el buen juego no se vió, la relacion con los jugadores se quebraba cada vez más y ni hablar de la hinchada que le creía menos cada fecha.
A pesar de un buen inicio en el torneo, el rendimiento colectivo fue decayendo y no se dejaba ver la mano del DT que, parecía confundirse, desperdiciando variantes en los primeros minutos de varios encuentros, que pocas veces pudo ver el fruto de sus experimentos y se estrellaba contra la presión de dirigir un grande.
Consideramos que Roberto Mosquera creó un personaje en torno a sus declaraciones post encuentro y su papel dictaba la poca autocrítica; encarnaba a un Dt sobervio que creía siempre merecer mas, que replanteaba exitosamente los encuentros pero el final de la historia no le da la razón.
Hoy Alianza Lima deja como técnico interino a Juan José Jayo, pero empiezan con la misión de encontrar al estratega idóneo para el club victoriano.
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