Fue un partido de fuerzas parejas pero con la diferencia que el técnico ganador puso su mejor once desde el inicio, mientras que el otro reservaba en el banco de suplentes a uno de sus valores más destacados por una supuesta discusión en la última práctica.
Grande fue la sorpresa del hincha blanquiazul al ver que Christian Cueva no era tomado en cuenta y el medio campo estaba plagado de gente de choque y trajín como Míguez, Albarracín y Atoche. Sanguinetti planteó el partido para atacar por las bandas y mandó a Landauri por izquierda y un inoperante Aguirre por derecha.
A pesar de la intención del estratega blanquiazul las mejores situaciones del los primeros cuarenta y cinco estuvieron por el centro del ataque donde Atoche y Míguez erraron frente al portero cervecero.
El maldito minuto cincuenta y siete sirvió para que Lobatón juegue a la espalda de Araujo, que Nuñez no controle bien y el rebote quede a merced de Blanco que de remate arrastrón vence a Forsyth. Recién en este momento Sanguinetti pensó en Cueva que ingresó dos minutos después, ingresaron también Montes y Cedrón pero el empate nunca llegó.
De esta manera, Alianza Lima mantiene el cupo a la fase previa de la Libertadores, que se adjudicó al lograr el título del Torneo del Inca y enfrentará a Huracán de Argentina con el objetivo de pasar a la fase de grups.
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