Para llegar a la final los
dirigidos por el profe Sanguinetti tenían que saldar una deuda pendiente con su
hinchada. Les faltaba jugar bonito, ganar y golear en Matute y eso fue lo que
pasó ayer en la tarde victoriana donde, como en las mejores épocas de los
potrillos, pasaron por encima a su rival de turno.
Como siempre las tribunas del
Alejandro Villanueva daban sitio para la fiesta popular y los jugadores
agradecidos por el reconocimiento de su gente se echaron a jugar, se propusieron
pintarle la cara a los ayacuchanos, meterle miedo a la San Martín y decirles
que la blanquiazul también sabe golear.
Una tarde perfecta para Mauro
Gevgeozian que marcó un doblete (uno de ellos una pinturita) y también calló
criticas que solo alababan su juego aéreo y desdeñaban su accionar con los
pies.
El “Colo” Ibáñez como siempre,
eficaz desde los doce pasos y resoluto en área propia. Por su parte Junior
Ponce se pudo dar una inyección de ánimo y se sacudió de esa tensión que lo producía
algunas miradas malintencionadas.
Alianza Lima ha ganado bien, ha
goleado y llega de muy buena forma para enfrentar a los de Santa Anita en la
final del Torneo del Inca.
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