Después de la catarata de goles de
la reserva blanquiazul, todos estábamos listos para seguir con la celebración y
por lo menos gritar dos o tres tantos más, pero no se pudo. El orden dispuesto
por “Puchito” Flores a sus dirigidos por poco y malogra la fiesta en la noche
Victoriana.
La situación del juego puso a
Alianza como atacante y Garcilaso contra las cuerdas. Los cuzqueños alineaban
con un equipo alterno que tuvo como premisa defender con todo y poblar su área
para despejar como sea las intentonas locales.
Alianza Lima, por su parte, no sabía
cómo hacerle daño a los imperiales y se empecinó en tirarle centros al área que
casi siempre fueron despejados por la visita, Mauro Guevgeozián constantemente
tropezaba con sus oponentes hasta que perdió la paciencia y cayó en la provocación
del golero Pretel y tuvo que irse a las duchas.
Con un hombre menos y con el
marcador aun en cero Sanguinetti mandó al campo a González Vigil como carta de
gol, pero el gol del desahogo llegó de los pies de Luis Trujillo que a falta de
ocasiones claras pudo aprovechar un tiro libre para sorprender al portero
cuzqueño que dejo que se colara el balón para felicidad de los hinchas
blanquiazules.
Queda claro que no se está jugando
bien, que Alianza da ventajas al no alinear desde el inicio a los jugadores indicados
y que las variantes siempre tienden a mejorar el nivel de juego; solo el
profesor Sanguinetti sabrá como ordenar sus piezas para sumar de a tres con más
categoría que susto.
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